COTODEMOLEDOR. Proteger Barracas

Como siempre destacamos, uno de los tesoros patrimoniales de Barracas está constituido por su arquitectura industrial. La arquitectura del trabajo y de la movilidad social de principios de siglo XX, la inmigración y su reflejo en el perfil edificado, tan emblemático de nuestro barrio.

Con las sucesivas crisis, las quiebras, las modernizaciones y los traslados, la mayor parte de esos edificios fueron vaciándose hasta quedar en desuso y desocupados.

En los últimos diez años aparecieron en el barrio ejemplos saludables: edificios fabriles que comenzaron a ser reciclados, puestos en valor y refuncionalizados para usos diferentes del original como oficinas y viviendas. Además de una decisión respetuosa de la historia y su valor patrimonial y artístico, constituye un acto de inteligencia: esos edificios cuentan con estructuras nobles y muy resistentes, alturas importantes entre pisos, proporciones totalmente aprovechables de las cuales cualquier arquitecto inteligente sacaría partido en beneficio del proyecto.

En Barracas ya hay varios casos de industrias que se han reciclado: el Centro Metropolitano de Diseño que funciona en el antiguo Mercado de Pescado; Cruz de Malta aloja ahora las oficinas del banco HSBC; en Bagley hay ahora viviendas convirtiéndose en MOCA; Textil Piccaluga es actualmente “Barracas Central” (viviendas); se encuentran también en reciclaje Alpargatas, la antigua editorial Peuser, la fábrica de Villafañe e/Montes de Oca y Hornos, entre otras.

Pero no todos son casos felices: en Martín García y Jovellanos un conjunto de edificios industriales que alguna vez albergaron a la gran Editorial Kraft asoma sus ladrillos a la avenida. Son tres:

Sobre Jovellanos y hasta Uspallata aparece el más antiguo. Un clásico ejemplo de la arquitectura fabril de corte inglés, construido a fines de siglo XIX o principios del XX con su fachada de ladrillos a la vista.

Hacia Martín García se alza uno más elevado, de estilo racionalista -1930 o 1940) y que ha tenido la deferencia de mimetizarse con el anterior adoptando la tejuela como terminación exterior.

El tercero, sobre Uspallata, es más reciente y es una construcción fabril con predominio de hormigón armado y aventanamientos de hierro con vidrios repartidos.

El bello conjunto que forman los dos primeros edificios es parte de la memoria colectiva de muchos barraquenses y será demolido totalmente en breve por la empresa COTO para construir allí otro supermercado, según reza el pequeño y casi inadvertido cartel de obra:

Ocurre que, si bien el edificio más antiguo está comprendido en los términos de la ley 3056 y como tal debe pasar antes por el CAAP, la empresa hace valer un expediente de obra que tiene aprobado desde el año 2000.

Interrogantes:

- Si no hubo movimiento de obra en los últimos diez años..el expediente mantiene su vigencia?

- Si no fue así…no debería pasar antes por el CAAP?

- No se le ocurrió al arquitecto y a la empresa rescatar al menos algo de esas fachadas y volúmenes tan armónicos?

- No consideró conservar la nobleza del ladrillo ya emblemática e incorporarla al nuevo uso?

Siempre es más fácil hacer tabula rasa, borrón y cuenta nueva, y además para refuncionalizar seriamente...hace falta un poco de talento.

Dos detalles:

Los ladrillos centenarios del edificio de Jovellanos pertenecen a la legendaria fábrica San Isidro, como puede leerse aún en sus umbrales.